miércoles, 13 de diciembre de 2006

¿Quién es Dominicano?

La Constitución de la República Dominicana en el Artículo 11 Acápite 1 establece:

Son Dominicanos todos las personas que nacieran en el territorio de la República, con excepción de los hijos legítimos de los extranjeros residentes en el país en representación diplomática o los que están en tránsito en el.

Recientemente los medios de comunicación dominicanos y otros sectores de la sociedad promueven la idea que los hijos de nacionales haitianos que nazcan en territorio dominicano no se le debe dar la nacionalidad dominicana. Esta posición presenta una contradicción a los valores constitucionales y los derechos universales del hombre ya que todo ser humano tiene derecho a una nacionalidad sea por jus solis o jus sanguinis. La propuesta que supuestamente nadie promueve pero todos saben es que sólo los seres humanos que pueden probar jus solis y jus sanguinis recibirán la nacionalidad dominicana. Aunque el modus operandi universalmente es que si un ser humano nace en su territorio entonces este debe recibir la ciudadanía de tal país. Es contraproducente el adaptar la Carta Magna Dominicana para que en ella articule un concepto discriminatorio como es el de negarle la nacionalidad a un ser humano que por manos de Dios nace en su territorio.

No obstante, se debe señalar que la raíz del problema no es la inundación de nacionales haitianos en suelo dominicano sino la incompetencia del gobierno dominicano que no proveer liderazgo claro en como controlar la inmigración ilegal al país y como garantizar la soberanía dominicana como le apodera la Constitución Dominicana. Obviamente es mas fácil cambiar la Constitución la cual se ha modificado 37 veces (la segunda más modificada después de Venezuela) que aplicar la ley. Entonces dejemos de prostituir nuestra Constitución y exijamos a los responsables del problema soluciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un cápitulo decepcionante. Nosotros que somos Caribe, una región hasta más variada que muchos continentes, donde conviven más de 4 lenguas, donde todos tenemos el inmigrante detrás de la oreja me resulta sorprendente la existencia y hasta la permanencia de este tipo de medidas retrogradas. La educación es siempre la mejor alternativa en esto tipo de asunto. Pero hasta cuándo seguirá, si siempre se vivimos renegandonos. A caso no será el temor a mirarnos a nosotros mismos?